La importancia de los combustibles alternativos
Es imposible cerrar los ojos a la idea de que la dependencia global hacia los combustibles fósiles y derivados del carbono ha generado muchos problemas que están perjudicando a la sociedad mundial. La contaminación, los problemas geopolíticos y el horizonte del eventual agotamiento de estos recursos han forzado que, autoridades gubernamentales, asociaciones internacionales, organizaciones no gubernamentales y empresas, se hayan esmerado en encontrar alternativas e ideas novedosas para cumplir con los requerimientos energéticos de la sociedad, pero también para contaminar menos e intentar no depender en exceso de los combustibles fósiles.
En este sentido, el uso eficiente de la energía es la mejor alternativa para optimizar los recursos existentes. Y no solamente utilizando formas de energía limpia y renovable, como la energía solar o la eólica, sino también usando de forma más controlada y óptima todo tipo de recursos energéticos.
En este panorama, hay algunos combustibles alternativos que se han destacado por representar una opción accesible e interesante en términos de contaminación. Este es el caso del conocido como GNV, siglas que quieren decir Gas Natural Vehicular. El GNV es un gas natural altamente comprimido que representa una alternativa ecológica como carburante de automóviles para grandes recorridos o para ciudades que presentan altos índices de contaminación. Este gas es gas metano, como el que se ha popularizado en décadas recientes para alimentar las calderas que producen agua caliente sanitaria y calefacción en nuestros hogares.
Este gas tiene la ventaja de que presenta una combustión más completa que la mayoría de los combustibles líquidos, por lo que produce menos partículas suspendidas y menos gases con efecto invernadero. Asímismo, los vehículos que funcionan con este combustible tienen una vida útil más larga ya que este combustible no produce sedimentación de carbono.
A pesar de todas estas ventajas, y de la gran presencia que tiene en países de América Latina y Europa, en España aún no se ha masificado el uso de vehículos que funcionen con GNV. Y ello a pesar de que usarlo es mucho más económico (se pueden recorrer hasta 100 kilómetros con aproximadamente 4 euros de combustible), y además, al ser un combustible de origen fósil más ecológico y menos contaminante, tiene una serie de ventajas fiscales.
Sin embargo, más allá de que en España la situación esté apenas tomando fuerza, las empresas españolas ya han detectado que este mercado tendrá un gran crecimiento local y más allá de nuestras fronteras. Como ejemplo podemos ver el acuerdo que Endesa, empresa dirigida por Borja Prado, ha firmado con la SIGEIF, asociación de ayuntamientos para la gestión del gas y la electricidad de Ile-de-France, la región más habitada de Francia y en la cual está París.
Gracias a este acuerdo, Endesa aprovisionará y operará la primera estación de gas pública de la región. El sitio en que se ubicará no es anodino, pues se trata de un área en que convergen muchos autobuses y camiones.
La inversión y el acuerdo son sólo un ejemplo de la presencia cada vez mayor que este carburante y los vehículos que funcionan con él tendrán en Europa, en España y en el mundo entero en los próximos años, al igual que otras fuentes de energías innovadoras y diferentes.
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