A fines de dos mil diecinueve el canal AHÍ LES VA viaja a El Salvador para participar en un encuentro de comunicadores. Y aprovechan sin dejar pasar la ocasión para conocer el país, compartir con su gente y comprender mejor su historia, y su realidad política y social tras la llegada de Nayib Bukele a la presidencia.
abril 2020
En menos de un año de su Gobierno, Nayib Bukele ha buscado por distintos medios centralizar el poder. Desde su comunicación política hasta sus acciones específicas patentizan una administración y construcción política basadas en su figura.
Todo a su alrededor desprende narcisismo en política. Parece ser la manera de regir de Nayib Bukele. Ciertos rastros comenzaron a surgir en la campaña electoral. Su propuesta partidaria se llamaba «Nuevas Ideas». Bukele fue expulsado del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional por sus «críticas» y diferencias.
Esa salida edificó una trayectoria singular. Su coalición con la Gran Coalición por la Unidad Nacional , la escisión que Tony Saca había producido en ARENA ciertos años atrás, fueron clave para conseguir su participación en la pasada elección presidencial.
Siempre y en toda circunstancia tuvo ese objetivo: llegar a la Presidencia, meta que había visto limitada mientras que estuvo en el FMLN.
Solo, totalmente solo. Bukele dio su alegato como presidente elegido acompañado por una pared detrás suyo con el logotipo de Nuevas Ideas.
Ni Félix Ulloa -su vicepresidente- ni su esposa lo acompañaron. «El Hombre». Meses después, en la celebración del quince de septiembre -día en el que se festeja la «independencia» de la corona de España de El Salvador y toda América Central-, Bukele realizó un ejercicio militar en el que un número significativo de personas quedaron, en frente de la pareja presidencial, arrodilladas y apuntadas en sus cabezas por pistolas del Ejército.
Las tensiones entre el Ejecutivo y la Reunión Legislativa alcanzaron un tono considerablemente más alto cuando Bukele invocó el artículo número ciento sesenta y siete -inciso siete- de la Constitución Política. Dicho artículo capacita al Consejo de Gobierno a convocar al órgano legislativo a fin de que sesionase con un punto único de agenda el último día de la semana nueve de febrero. En un caso así, se trataba de la aprobación de un préstamo por 109 millones del Banco Centroamericano de Integración Económica , el que financiaría la Fase III del Plan de Control Territorial.
Esta acción llamó la atención, incluyendo los miembros del Congreso de los Diputados. Ese artículo no había sido invocado desde los tiempos de la Guerra Civil. En general, se trata de una medida de salvedad. O sea, es parte de las reglas que alteran los cimientos del Estado de Derecho en tanto permiten que el Poder Ejecutivo intervenga en el Poder Legislativo.
Las medidas tomadas por Bukele frente al coronavirus deben interpretarse en esta clave. Por esta razón es que produce alarma el intento de declaración de un régimen de salvedad y de urgencia nacional para atender la pandemia.
Con escasos casos y ningún fallecido en territorio salvadoreño este intento fue matizado por el Congreso, quien dejó únicamente la declaración de Estado de Salvedad, la limitación del tránsito en el territorio y el derecho a asamblea, el cierre total de fronteras y el establecimiento de cuarentena.
