¿Que gana terreno en la industria de la belleza? Tendencias de futuro más aceptadas de expresión personal.
El maquillaje vegano se ha vuelto cada vez más popular en los últimos años debido a la creciente conciencia sobre el impacto ambiental y la ética en la industria de la belleza. Tal y como nos cuentan en Love My Senses, los productos veganos no contienen ingredientes de origen animal y son una opción más sostenible y ética para aquellos que buscan cuidar su piel y su conciencia.
La moda también ha adoptado esta tendencia sostenible, con la moda papel pintado cada vez más popular como una opción decorativa ecológica. El papel pintado de bambú, por ejemplo, es una opción sostenible ya que el bambú es una planta que crece rápidamente y no requiere pesticidas ni fertilizantes. Además, el papel pintado reciclado también se está convirtiendo en una opción popular.
Otra tendencia en la moda es el uso de tatuajes en el brazo. Los tatuajes se han vuelto cada vez más aceptados en la sociedad y se han convertido en una forma de expresión personal y creativa. Los tatuajes en el brazo son especialmente populares ya que son fácilmente visibles y pueden diseñarse de manera creativa y personalizada. Los tatuajes también se han vuelto más aceptados en el lugar de trabajo, y muchas personas los ven como una forma de arte en su cuerpo.
En resumen, el maquillaje vegano, el papel pintado y los tatuajes en el brazo son todas tendencias populares en la moda y la belleza que reflejan una creciente conciencia sobre el medio ambiente y la ética en nuestra sociedad. Cada vez más personas están optando por opciones más sostenibles y éticas en sus elecciones de estilo de vida.
La moda futurista: del pasado al futuro, una visión utópica en la ropa
La industria de la moda no solo está enfocada en el presente, sino también en el futuro. Los diseños del pasado y del presente han formado parte de lo que se conoce como la moda futurista de los años 60. Esta visión también es inherente a la industria de la moda, en la que los diseñadores ven el futuro como un terreno de infinitas posibilidades. El anhelo de mañana en la moda también está relacionado con los movimientos de vanguardia de principios del siglo XX.
Giacomo Balla fue uno de los diseñadores encargados de traducir en ropa los ideales futuristas de Marinetti, pero fue Vincenzo Fanni, bajo el seudónimo de Volt, quien dio alas a la ropa de mujer futurista en su manifiesto de 1920. “Vestidos que provocan sorpresas y transformaciones, equipados con resortes, espinas, lentes de cámara, corrientes eléctricas, reflectores, aerosoles perfumados, fuegos artificiales, preparados químicos y miles de artilugios. En la mujer podemos idealizar las conquistas más fascinantes de la vida moderna”.
Aunque tenemos los vestidos simultáneos de Sonia Delaunay y los monos TuTa de Thayaht, su visión utópica se limitaba a la teoría. No sería hasta la década de 1960 cuando los diseñadores harían de la experimentación un punto de partida para definir otra utopía, la vida en el espacio, cuya fascinación no ha cambiado mucho a lo largo de los años. La obsesión por vestir el futuro en el espacio es un punto predominante en el diseño futurista. Después del lanzamiento del Sputnik en 1957, el mundo se obsesionó con el espacio y comenzó una carrera, durante la Guerra Fría, para ver quién podía llevar primero a un hombre a la luna.
En 1965, Courrèges fue referida como “la señora de las damas del espacio”, con una moda de minivestidos, botas altas futuristas y cascos que también fue anticipada por Pierre Cardin con sus Cosmo Girls. “Están a la vanguardia de los que exploran el espacio exterior”. El traje de astronauta que lució el propio Cardin fue el epítome de una visión que también compartieron otros diseñadores como Galanos, Rudi Gernreich o Paco Rabanne con sus vestidos metalizados.
La moda sostenible: una necesidad para garantizar un futuro sostenible para la sociedad y las empresas.
La moda es una industria que ha evolucionado con el tiempo y ha adoptado un enfoque más sostenible debido a la creciente conciencia ambiental en la sociedad. La sostenibilidad en la moda no es solo una tendencia pasajera, sino una necesidad para garantizar un futuro sostenible para la sociedad y las empresas. La creación de la marca de moda sostenible Edun en 2005 y su entrada en el conglomerado LVMH en 2009, ha marcado el comienzo de una oleada de firmas de moda sostenible.
La sostenibilidad en la moda no se basa solo en el uso de elementos naturales para la fabricación, sino también en la innovación en los procesos y en el apoyo a las comunidades. Eileen Fisher es una de las principales marcas estadounidenses en moda eco, trabajando con artesanos de India y Etiopía, lo que demuestra la revalorización del trabajo artesanal en la industria.
Kering, uno de los líderes mundiales en lujo, ha adoptado un enfoque sostenible con su nuevo Plan de Sostenibilidad para 2025, en línea con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de las Naciones Unidas. Además, han desarrollado un índice para asegurar que sus proveedores también respeten los estándares de sostenibilidad del grupo. Esta filosofía empresarial se contagia a todas sus marcas, como Gucci, que ha sustituido el PVC en los detalles de su bolso superventas Dionysus por poliuretano, y ha construido una granja de serpientes de pitón en Tailandia para garantizar que la cría de estos animales siga las normativas adecuadas en materia de sostenibilidad.