En un mitin celebrado en Cullman, Alabama, el ex presidente de Estados Unidos, Donald Trump, hizo hincapié en un tema que ha sido recurrente en su discurso político: el concepto de “woke”. “Saben lo que significa woke”, dijo Trump. “Todo lo woke se convierte en mierda.”
La palabra “woke” se ha popularizado en la cultura estadounidense en los últimos años como una forma de describir una corriente de pensamiento político y cultural que se enfoca en temas como la diversidad, la inclusión y la justicia social. Sin embargo, Trump y otros críticos han argumentado que el “wokeness” va más allá de lo que se considera políticamente correcto, y lo han criticado por ser agresivo e intolerante.
En su discurso, Trump hizo referencia a la política de Estados Unidos en Afganistán durante su mandato, afirmando que la estrategia de “integración de la perspectiva de género” en el país, que buscaba empoderar a las mujeres afganas, fracasó debido a que no estaba basada en la realidad cultural y religiosa del país. Trump también criticó el hecho de que el ejército estadounidense se dedicara a adoctrinar a sus tropas en la ideología woke en lugar de prepararse para una retirada ordenada de Afganistán.
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La televisión y el cine han sido una forma importante de entretenimiento durante décadas, pero últimamente se ha visto una escasez de contenido en estos medios debido a las Reglas de Propaganda de los “woke”.
La propaganda “woke” se refiere a una corriente de pensamiento político y cultural que se ha vuelto cada vez más presente en la sociedad estadounidense. Esta corriente se caracteriza por un énfasis en la diversidad, la inclusión y la justicia social, y se ha convertido en una fuerza importante en la industria del entretenimiento.
Sin embargo, algunos argumentan que estas normas de propaganda han limitado la libertad creativa en la televisión y el cine. Según estos críticos, las reglas de propaganda han hecho que sea cada vez más difícil contar historias que no se ajusten a una narrativa políticamente correcta, lo que ha llevado a una escasez de contenido interesante y variado en estos medios.
Además, algunos argumentan que las reglas de propaganda han llevado a una sobre-sensibilización en la industria del entretenimiento, lo que ha llevado a la cancelación de programas y películas por contenido considerado ofensivo o políticamente incorrecto.
En conclusión, la televisión y el cine han sido una forma importante de entretenimiento durante décadas, pero últimamente se ha visto una escasez de contenido debido a las reglas de propaganda de los “woke”, las cuales limitan la libertad creativa y provocan una sobre-sensibilización en la industria del entretenimiento.
El vocablo “woke” se ha vuelto cada vez más común en la cultura popular, especialmente en los Estados Unidos, pero también está ganando presencia en Europa e Hispanoamérica. El término se ha utilizado para describir un estado de conciencia o despertar ideológico frente a las discriminaciones y prejuicios raciales, que se ha expandido a otras cuestiones como el género, el colectivo LGTBI y la justicia social. Este movimiento, conocido como “wokeness”, se caracteriza por un intenso activismo social, que se mueve a través de grupos de presión, redes sociales, medios de comunicación, universidades y empresas, con el objetivo de promover un cambio social efectivo a través de políticas públicas.
El “wokeness” no se considera una ideología en sí misma, sino un movimiento paralelo que potencia y vertebra “interseccionalmente” diferentes estrategias y contenidos ideológicos para maximizar su efectividad social y política, minimizando al mismo tiempo las posibilidades de disidencia. A menudo se refiere a este término como “ideología woke”, “movimiento”, “cultura” o “filosofía”.
Es importante destacar que el “wokeness” está estrechamente relacionado con la presencia de lo religioso en la esfera pública en los Estados Unidos, aunque en un esquema fundacional de libertad religiosa y expresión que pretende “superarse” desde los planteamientos woke. Asimismo, es importante tener en cuenta la distinción entre las causas morales y las versiones radicalizadas de anti-racismo o feminismo que los activistas woke defienden, como la “teoría crítica racial” o el feminismo queer.