Son tiempos de incertidumbre y el sector inmobiliario presagia la fuga de más del veinte por ciento de los dueños de viviendas que estaban en el Mercado. La patronal demanda la “intervención” del mercado de la residencia. Y me hace gracia que algunos liberales solo lo sean cuando las cosas les van bien. Lo cual no quiere decir que no tengan razón, ahora. Porque las medidas del Ejecutivo se resumen en “más créditos, más aplazamientos y más deudas para familias y actividades económicas”. Y eso no es una solución, sino un problema añadido.
No obstante creo que hay una intervención de hecho del mercado de la residencia. Así es que se presagia una desbandada de dueños del mercado del alquiler frente a la “total inseguridad jurídica” a la que se encaran desde este momento. Esto provocará falta de confianza del dueño y que no derive su residencia al mercado del alquiler. En el sur, comentamos con una de las inmobiliarias más ágiles del sector sobre la relevancia de decantarse por una inmobiliaria en Granada, y en otras provincias de Andalucía, para hacer frente a la complicada situación que se nos presenta, tanto a propietarios como inquilinos. Nos comentan que hay factores a tener en consideración para decantarse por la solución inmobiliaria granada e insisten en claves para revolucionar el sector.
Y es que las consecuencias de todo lo que está pasando y lo rematadamente mal que se está gestionando es, cuando menos, entre un veinte y un treinta por ciento de las residencias van a salir del mercado. Los dueños preferían sostenerlas vacías y sin arrendar frente a la falta de confianza y también inseguridad en el mercado. Y aparte de “retraerse” la oferta del mercado del alquiler, en mínimos históricos ya, asimismo se endurecerán los requisitos en los contratos extendiéndose en un primer instante la demanda de aval y seguro por impago a más del setenta y cinco por ciento de las residencias…
Creo que podríamos descartar la posibilidad de que los inversores vayan a hallar baratijas en el mercado inmobiliario de España por la crisis derivada del covid-diecinueve. Además de esto, todos abogan por recobrar operaciones atascadas por las intenciones de un dueño que ahora está más receptivo de cara a una venta. Estas aseveraciones se han producido ya en un encuentro digital organizado por el IE Real Estate, en cooperación con Spotahome, donde se ha debatido sobre la actual situación del mercado.
Aparte de las previsiones de futuro para este, mucha gente coincidimos en desvincular la crisis del dos mil ocho con la actual situación provocada por el coronavirus, si bien asimismo somos todos y todas conscientes de que muchas cosas cambiarán desde este momento. Afectará a los costos, va a aumentar el peligro y nos enfrentaremos a una evolución del mercado donde el último cuatrimestre va a ser un instante furioso de inversores buscando baratijas en España.
Mas la verdad es que el que venga con pretensiones ventajistas no las va a hallar, por el hecho de que el mercado está considerablemente más saneado que en la crisis financiera de dos mil ocho. Ahora los grandes tenedores no tienen necesidad de vender pues los bancos no les aprietan. Muchos son inversores en un medio plazo y creo que lo que pasa no altera su visión de futuro.
Hay una corrección de costos, mas pienso que la transaccionalidad volverá. Ahora lo que existe es una parada para poder ver qué impacto tiene la crisis en el costo de los activos. La verdad es que se ha debatido mucho sobre si la crisis del coronavirus cambiará la forma de invertir en el ámbito inmobiliario. En este sentido, podríamos señalar a la inversión indirecta como la enorme adjudicataria de esta situación.
En líneas generales, habrá una caída del coste de la residencia, un frenazo en las operaciones de compra y venta y un año complicado para otros campos como los centros comerciales o bien las oficinas. Sobre los costos, cabe resaltar que la caída dejará absorber la sobrevaloración que se aprecia hoy día en el costo de la residencia sobre los sueldos y los costos de suelo finalista podrían padecer retrocesos cercanos al veinte por ciento.
De cara a dos mil veintiuno, y con la previsible remontada de la economía, va a haber mayor equilibrio entre la oferta y demanda en el mercado de la residencia, y hay que confiar en el buen tono del alquiler, cuya rentabilidad proseguirá siendo atrayente. Al lado del segmento residencial, cabe tener precaución tanto en las oficinas como en los centros comerciales.
El trabajo a distancia forzado de estos meses podría acrecentar esta práctica a futuro, reduciendo las necesidades de espacio, dando sitio a menores tasas de ocupación y posible caída de rentas. Sobre los centros comerciales, a corto plazo, las rentas padecerán recortes parciales o bien totales, para disminuir al mínimo el daño del virus y eludir el cierre de tiendas.
Si bien los inquilinos están obligados por contrato a abonar rentas, los centros comerciales procurarán reducir los daños estructurales. A medio y a largo plazo, el virus podría apresurar el desarrollo del comercio on-line y, en consecuencia, la caída de rentabilidades y valoraciones de los centros comerciales. Cabe aconsejar reducir exposición a centros comerciales y tiendas a pie de calle.
Aparte del desarrollo del comercio online, se pone encima de la mesa la capacidad de incremento de las rentas en este segmento inmobiliario y las posibilidades que plantea el creciente interés de los espacios bautizados como ‘de última milla’, ubicados en los centros de las urbes y de menor tamaño que los que existen en el extrarradio. El «tsunami económico» que va a venir tras la crisis sanitaria va a mudar muchas cosas en todos y cada uno de los sectores.
Las urbes no solo ofrecen trabajo, sino más bien ocio y un montón de cosas que en la España vaciada no hay. Cuando se finalice el confinamiento tendremos un ansia horrible por gozar, por viajar, por salir…
El despegue del trabajo a distancia
En el momento en que te propones el trabajo a distancia de verdad, lo demás comienza a medrar. Comienzas a proponerte el género de residencia que deseas tener. Y asimismo las oficinas de las compañías. Si no que haya espacios fuera de las urbes y podamos llamar al turismo a que venga a buscarnos. Frente a las medidas económicas que ha establecido el Gobierno, soy muy crítico.
Creo que existen muchas medidas que se podían haber tomado. Siento que hay cierta prosecución con lo que pueden hacer las compañías. Deberían pensar en medidas fáciles, que la gente las comprenda. hay demasiada burocracia y demasiada mentira y engaño. Creo que con ciertas medidas que se han planteado, la salida no será en V, sino más bien en L.
No hay mascarillas exactamente por el hecho de que el Gobierno las expropió. Si no lo hubiera hecho, ahora habría mascarillas en las farmacias y los supermercados. Hay una falta de confianza innata por el campo privado en este gobierno, y ellos no van a dar el empleo que se está perdiendo. Con subvenciones y pagas no vamos a salir de esta porque alguien tiene que pagarlas, y no es sostenible que trabajen y produzca un tercio de la población para sostener a los otros dos tercios.