La nueva ley, que en su momento se encontró con una fiera oposición parte de diversos movimientos a favor de la privacidad en Internet, obligará a los proveedores de acceso a recoger los datos de navegación de sus clientes e información sobre las aplicaciones utilizadas para almacenarlos en una base de datos durante un periodo de un año. Esta información se suma a los datos relacionados con las llamadas telefónicas y los contactos de los correos electrónicos, que ya se almacenaban anteriormente.
Origen: El Parlamento británico aprueba una de las leyes de vigilancia electrónica más intrusivas del mundo