Alternativas submarinas: la revolución de los sistemas submarinos no tripulados. Descubre la revolución de los sistemas submarinos no tripulados ¡El futuro está aquí!
Los sistemas submarinos no tripulados están ganando cada vez más relevancia en el ámbito de la defensa marítima, y según Anduril, un contratista de defensa, este tipo de sistemas jugarán un papel crucial en el futuro de la guerra submarina. La empresa, que cuenta con un contrato de 140 millones de dólares con el gobierno australiano para construir tres prototipos de vehículos submarinos autónomos en un proyecto llamado Ghost Shark, prevé que las marinas de guerra seguirán utilizando submarinos tripulados de gran tamaño, pero dependerán cada vez más de sistemas submarinos no tripulados más pequeños a medida que los océanos se vuelvan más “transparentes”.
Palmer Luckey, fundador de Anduril, asegura que los submarinos tripulados continuarán desempeñando funciones importantes, pero que los sistemas autónomos podrían actuar como multiplicadores de fuerza en el ámbito militar. Según Luckey, muchas misiones no requieren necesariamente de submarinos tripulados, pudiendo realizarse de manera más eficiente y económica con sistemas más pequeños que no tengan personas a bordo y presenten una firma acústica más baja.
El futuro de la guerra submarina, según el fundador de Anduril, estará definido por un gran número de sistemas submarinos no tripulados que serán gestionados por relativamente pocas personas, quienes podrán mantenerse fuera de peligro y fuera del alcance de los enemigos gracias a la colaboración con estos sistemas autónomos.
Australia planea adquirir al menos tres submarinos nucleares de la clase Virginia de EE. UU. en la década de 2030 como parte del acuerdo Aukus, antes de que entren en servicio la próxima generación de submarinos diseñados en el Reino Unido y construidos en Australia a partir de la década de 2040. El costo estimado de los planes detallados de Aukus oscila entre 268 mil millones y 368 mil millones de dólares desde ahora hasta mediados de la década de 2050.
Un informe de la Universidad Nacional Australiana sugiere que es probable que los océanos se vuelvan “transparentes” en la década de 2050 debido a los avances científicos y tecnológicos. Luckey no cree que los submarinos tripulados se vuelvan obsoletos, sino que podrían trabajar cada vez más en conjunto con sistemas autónomos.
Los sistemas submarinos no tripulados tienen ventajas como la capacidad de sumergirse a profundidades mucho mayores que la mayoría de los submarinos tripulados y ser más difíciles de detectar debido a su menor tamaño y consumo de energía. Luckey afirma que, aunque los océanos se vuelvan más transparentes, con técnicas inteligentes se podrán mantener los activos de mayor firma fuera de esas áreas transparentes y utilizar la autonomía para penetrar en ellas.
El contrato de Ghost Shark de Anduril está destinado a la construcción de tres prototipos en colaboración con el Grupo de Ciencia y Tecnología de Defensa (DSTG) y la Real Armada Australiana, así como a la elaboración de un plan para su fabricación a gran escala. La empresa proporciona 70 millones de dólares de financiamiento, mientras que el gobierno australiano aporta los otros 70 millones. Actualmente, Anduril cuenta con una plantilla de aproximadamente 40 personas en Australia.
David Goodrich, presidente ejecutivo y director general del brazo de Australia y Asia Pacífico de Anduril, afirmó que el proyecto Ghost Shark lleva adelantado aproximadamente tres meses con respecto al cronograma previsto. La compañía espera acelerar la entrega del primer prototipo de Ghost Shark, que está previsto para dentro de un año y medio. Aunque no se puede determinar una fecha exacta, es probable que se complete antes de lo esperado.
En una entrevista realizada por el ex jefe de defensa Sir Angus Houston como parte de la revisión estratégica de defensa entregada al gobierno australiano en febrero, Goodrich destacó la importancia de la cooperación entre submarinos tripulados y no tripulados. La idea de Ghost Shark no es ser una flota submarina independiente del resto de la Armada, sino integrarse en la forma en que se concibe la operación naval, con estos sistemas trabajando en conjunto.
En algunos casos, los sistemas submarinos no tripulados y los submarinos tripulados podrían operar en estrecha colaboración, mientras que en otros podrían distribuirse en rangos más largos. Esto permitiría a las fuerzas navales aumentar su capacidad y efectividad en distintas misiones y escenarios.
El viceprimer ministro australiano, Richard Marles, ha señalado anteriormente que, si bien los países están invirtiendo esfuerzos en “iluminar los mares”, también están trabajando en crear más sigilo en torno a los submarinos. Marles sostiene que los submarinos nucleares son necesarios, ya que los submarinos diésel-eléctricos se convertirán en una capacidad “comparativamente disminuida” en la década de 2030.
Ante la pregunta de si es posible que la transparencia del mar aumente tanto en 2050 que no se necesite una capacidad submarina, Marles argumenta que sería una apuesta imprudente y negligente por parte de cualquier gobierno australiano.
El futuro de la guerra submarina parece estar encaminado hacia una mayor integración y cooperación entre sistemas submarinos tripulados y no tripulados. La adopción de vehículos submarinos autónomos podría aumentar significativamente la efectividad y la capacidad de las fuerzas navales, al tiempo que reduce los riesgos para el personal militar y los costos asociados a las operaciones submarinas.