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El futuro de la educación en España y el material escolar y de oficina más novedoso
Los expertos y los docentes creen que la educación española empeorará de aquí al 2020.
Falta de presupuesto, de estímulos y de reconocimiento profesional son las claves para tal augurio. ¿Tendrán razón, desgraciadamente? La imposibilidad de un pacto de estado para la educación es otro de los argumentos principales.
Hay desesperanza para con la educación en España. Es la conclusión de los expertos y docentes. Es la conclusión de los doscientos encuestados en el informe titulado «La educación en España: el horizonte 2020», de la FAD, BBVA y la Comisión Española para la Cooperación con la Unesco.
Son ocho de cada diez quienes creen seguro que no habrá pacto de estado para la educación. Y no me extraña, porque si en cuarenta y pico años dos partidos no fueron capaces de ponerse de acuerdo difícilmente lo podrán hacer ahora cuatro más un puñado de independentistas. Así no puede haber estabilidad en el sistema y lo pagan alumnos y profesores a partes iguales.
La comunidad educativa no es consultada, unos anteponen la enseñanza religiosa a cualquier acuerdo y otros creen demasiado en las bondades de un sistema de escrupuloso trato con alumnos que no siempre son monjitas de la caridad.
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Cada vez hay menos gasto público para la educación, menos becas y con menos dinero cada una de ellas. Hay más restricciones para conseguirlas y el material escolar sigue siendo de difícil acceso para muchas familias que no pueden pagarlo. Y a propósito de material escolar, gracias a webs como www.selfpaper.com es más fácil encontrar lo que necesitamos para nuestros hijos estudiantes a un precio mucho más razonable.
Menos mal que no estamos ante una educación tan inhumana y exigente como la norteamericana.
Hablando de medios, parece necesario que el material escolar se adapte ya a las nuevas tecnologías. En Silicon Valley hay smartboards que rastrean las respuestas de los estudiantes en la asignatura de matemáticas en tiempo real. Eso es apostar por la tecnología en material escolar. Son pantallas públicas de escuelas que se preocupan por el rendimiento de los estudiantes. Es la educación “basada en datos” cada vez más popular, aunque no es oro todo lo que reluce y hay quien ve aspectos muy negativos de estas tendencias.
En EE.UU se fomenta el recopilar y analizar información acerca de los estudiantes. Cosas como las calificaciones, las faltas de asistencia, el comportamiento, las tasas. Hay mucha gente que no está tranquila con que se recojan este tipo de datos y con el uso que se pueda llegar a hacer con ellos.
Muchas cosas han cambiado desde que estudiábamos los de nuestra generación. En los 80 los padres se fiaban de los maestros más que de nosotros, y eso que muchos de ellos más que maestros parecían oficiales del régimen encargados de sentar doctrina e impartir disciplina. Eran otros tiempos, pero ni tanto ni tan calvo. Hoy, en España, la impresión que tenemos muchos es que es un auténtico caos, que los alumnos mandan más que el profesorado, los padres unos inconscientes muchas de las veces y los políticos a lo suyo, a la pelea unos contra otros.
Por cierto, se abre el debate de si está bien o no que se monitoricen las clases y puedan ser seguidas por los padres desde el smartphone. A algunos les parecerá intrusivo y a otros una garantía en todos los sentidos. Reconozco que de los segundos mientras no haya argumentos convincentes para defender los argumentos de los primeros.