Al investigar su genoma dieron con genes que no están en el lobo y sí en algunos perros. De entre todos esos genes que identificaron los estudiosos resaltan el llamado RAI1. En los perros, piensan los autores de esta exploración, puede argumentarse por qué los domesticados están despiertos de día, en tanto que los lobos son animales nocturnos. De hecho, las ediciones en la cresta neural parecen ser un patrón recurrente en las domesticaciones de todos los animales.Esos animales que menos miedo tenían de los humanos, se acercaban más a ellos y obtenían más comida. Y esos lobos con menos miedo genéticamente estaban determinados por los genes de la cresta neural. “Podemos imaginar mutaciones en la cresta neural en lobos que van reduciendo la agresividad. Si esos lobos se aparean con otros que además tienen mutaciones en su genoma, quizás, sean más mansos. Al final no es solo una mutación, sino una acumulación durante una cantidad enorme de años que acabaron transformando al lobo ‘feroz’ en uno bastante más como de la familia.

