Ella creó una regla: no consumiría nada que fuera solamente para su beneficio, pero sí que aprovecharía aquellos productos que ya hubiesen sido adquiridos por otros.
Se considera una “oportunista alimentaria”. Come de lo que cultiva en la finca, y de lo que sus vecinos y amigos desaprovechan. Si adquieren té que luego no les gusta, lo aprovecha ella antes de que vaya a parar a la basura. Se provee del agua de la lluvia y del río, que guarda en un depósito. Emplea energía de una placa solar portátil que lleva con ella a todas partes, y que la provee de energía suficiente para cargar el móvil y el portátil, tecnologías a las que no ha renunciado.
Tiene una línea móvil de prepago, que le presta un amigo suyo, pero no tiene conexión a internet. Se conecta desde las casas de sus conocidos y amigos, desde donde aprovecha incuso para escribir su blog jolowimpact.wordpress.com, en el que cuenta su experiencia y anima a otros a reducir su huella ambiental.