He cogido el Netflix y lo he mandado cerca. Me da igual que en América latina sea el servicio de streaming más utilizado. Hay alternativas. Pero una de las cosas más curiosas que he visto últimamente es un documental breve pero muy interesante en el que alguien hablaba de algo así como una autopista para las abejas en la ciudad de Oslo. Si, yo también me quedé un poco así, sin saber que significaba realmente esto, pero os aseguro que no es broma y tiene mucho sentido.
ALTERNATIVAS TECNICAS PARA LA APICULTURA
Por cierto, creo que fue en Qubit.tv, una empresa de un argentino, que la fundó en 2010 y que según él, la cuestión de tener que pagar con tarjeta de crédito era una traba para el uso de este tipo de servicios de streaming. Pero a lo que voy, que divago, el asunto este de las autopistas de abejas en el centro de Oslo.
LAS ALTERNATIVAS TECNICAS PARA LA APICULTURA. LO HE VISTO EN LA TELE
La iniciativa es de la Sociedad de Jardinería y se trata de una ruta por la ciudad de forma que los polinizadores dispongan del alimento suficiente durante sus viajes. Ha sido tan fácil como crear una especie de pasillo y llenar de flores las casas por las que discurre la línea imaginaria. En las terrazas y en los tejados las abejas se paran a repostar, como si de Estaciones de Servicio se tratase. Ya me imagino a las abejas viendo eso de “Estación de Servicio a 500 metros”.
Se han plantado las especies preferidas de estos bichejos: campanillas, azafrán, narcisos y otras especies. La autopista de abejas tiene 15 km. Se trata de dar alimento a las abejas desde la primavera hasta terminar el otoño, pues se sabía de la escasez del mismo para estos animales. El caso es que cuando estos insectos pasan por las ciudades, no encuentran comida pues los jardines no tienen las especies de plantas que necesitan y mueren en gran proporción.
A la gente le está viniendo bien pues hay quien está poniendo colmenas en la azotea. La alternativa es tan novedosa y positiva que en Estados Unidos se la están empezando a plantear también. En este país están desapareciendo buen número de las especies. Hay que tener en cuenta que la apicultura supone en Estados Unidos un movimiento de 15.000 millones de dólares.
Lo de las colmenas en las ciudades, sin embargo, no es nuevo, en Londres hay unas 3.000, en París y en Nueva York también se cuentan por miles. En España la ley anticuada no lo permite y para cuando los burócratas políticos españoles se den cuenta, será una realidad en todas partes. Los americanos, por otra parte, están investigando la influencia de los pesticidas en la muerte masiva de las abejas.
